El arte para mí, son percepciones visuales de la realidad, me permite construir mis sonidos, donde acudo a una variedad de líneas para ser contada a través de mis obras.
La sensibilidad del ser, la vivencia hacia la naturaleza que es prestada, los valores valiosos, la sabiduría de la vida. Cada obra plasma la interrelación de los seres con la naturaleza, a partir de momentos únicos donde podemos percibir un profundo amanecer o el atardecer y el agua corriendo naciente. Es una luz de vida que va transformando sus perfiles y tonalidades.
Desapercibidos, casi ocultos, los seres van compartiendo el fluir de sus movimientos, el respiro de sus hojas, los velos de los pétalos, cubriéndose del néctar de las aves como seres de sueños silenciosos.
Seres recorriendo tranquilamente, tan cerca al agua transparente y los reflejos de sus plantas, en la calidez de nuestra naturaleza, como camino de reflexión y consciencia a la humanidad…
Un lenguaje que transmito desde mi infancia hacia el silencio.