MARÍA DEL PILAR VELÁSQUEZ PEREA.

En la vida, a veces posponemos nuestros sueños, los dejamos atrás, los olvidamos por cosas nuevas, trabajos y, sobre todo, por excusas. El tiempo pasa y los sueños nos acompañan, a veces en silencio a nuestro lado, a veces un poco más ruidosos, y seguimos siendo indiferentes a sus reclamos. En un día cualquiera, cuando estamos en calma, abiertos y dispuestos a entender, escuchamos una voz que, con paciencia y amor, nos dice: "Estoy aquí, estuve y siempre estaré para ti. Soy tu sueño y sabía que nos encontraríamos tarde o temprano, y que finalmente me harías realidad".
Hoy en día, estoy haciendo realidad un sueño que pospuse durante muchos años al poder presentar mi trabajo fotográfico en esta exposición. El tema de mi trabajo se relaciona profundamente con el descubrimiento interior que he experimentado al llegar a lugares desconocidos y encontrar maravillas inesperadas y sorprendentes. Seguramente, así se sintieron aquellos hombres que desembarcaron en nuestro continente hace años, al descubrir las maravillas que ofrecen nuestras selvas, mares y cordilleras.
Mi principal fuente de inspiración para mis fotografías son estos paisajes y la fuerza de la naturaleza, en particular la que ofrece nuestro país, especialmente Santa Marta y su tesoro más grande, el Parque Tayrona. Es aquí donde el sueño hecho realidad y el lugar se unen para presentarles este conjunto de fotografías llamadas "Descubrir", cuya profunda relación entre este momento personal y la temática de esta exposición se fusionan.
Estas tres fotografías pretenden llevarlos a la mente de esos conquistadores al pisar nuestras tierras y cómo, paso a paso, fueron descubriendo tales bellezas, que posiblemente desde aquel entonces mantienen esa misma hermosura intacta que lograron contemplar ellos y que después de meses de viajes, comenzaron a desvelarse ante sus ojos la maravilla de las Américas, todas unidas por su belleza natural.
¿No debió haber sido increíble llegar a playas blancas, aguas azules y exuberante vegetación después de meses de expediciones? Poco a poco, descubrieron la majestuosidad de todo un continente que, en lugar de disminuir, aumentaba ante sus ojos.
Hoy, quiero rendir homenaje a la belleza natural, esa que ha permanecido intacta durante cientos de años sin ser perturbada por nada ni nadie, lo que nos permite disfrutar de su autenticidad y mostrar al mundo que desde su descubrimiento se ha mantenido impecable.
Para aproximarnos a este concepto, presento la primera de tres secuencias de fotografías en las que destaco el verde de las hojas, el detalle de las venas y la perfecta imperfección de su estructura. En el fondo, se asoma tímidamente lo que se revelará en la siguiente fotografía.
Enmarcada en una hermosa vegetación, en la segunda fotografía, vemos lo que la naturaleza ha construido a lo largo de los años en su constante proceso de creación. Las hojas siguen siendo protagonistas, pero van abriendo camino a ese lugar casi mágico.
Finalmente, en la tercera fotografía de la secuencia, llegamos al punto máximo con esa gran roca que se refleja en el agua, rodeada de arenas blancas y las profundidades del mar que se confunden con el azul intenso del cielo.
La emoción que pretendo transmitir con mi trabajo fotográfico posiblemente se asemeja a la que experimentaron aquellos exploradores que descubrieron nuestros países y que hoy todos nosotros tenemos el privilegio de disfrutar.